El sistema bronquial no solamente representa el vehículo del aire inspirado y espirado, sino también posee una serie de funciones de secreción y excreción y motilidad, cuyos trastornos son básicos en la patología pulmonar primordial o secundariamente. 1
Los pacientes con asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y fibrosis quística son ejemplos de patologías que muestran hipersecreción de moco en las vías respiratorias, la mucosidad excesiva en el lumen de la vía aérea, la hiperplasia de células calciformes e hipertrofia de glándulas submucosas2.
El sistema bronquial no solamente representa el vehículo del aire inspirado y espirado, sino también posee una serie de funciones de secreción y excreción y motilidad, cuyos trastornos son básicos en la patología pulmonar primordial o secundariamente. 1
Los pacientes con asma, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y fibrosis quística son ejemplos de patologías que muestran hipersecreción de moco en las vías respiratorias, la mucosidad excesiva en el lumen de la vía aérea, la hiperplasia de células calciformes e hipertrofia de glándulas submucosas 2. Las secuelas fisiopatológicas de la hipersecreción de moco son:
Además, el compromiso de la función mucocilar con la reducción del aclaramiento de moco pueden inducir la colonización bacteriana, que conduce a la presentación de infecciones de repetición y exacerbciones. En el caso del asma o de la fibrosis quística, la contribución del moco a la fisiopatología y los síntomas clínicos son menos definidos, ya que su exceso puede obstruir el lumen de la vía aérea y también contribuir al desarrollo de la hiperreactividad de las vías respiratorias.
En el caso de la bronquitis asmatiforme, la fisiopatología de la enfermedad esta determinada por diversos factores, la inflamación y la hiperreactividad bronquial son el centro de la patología asmática. Estos procesos son el resultado de una respuesta inmune inadecuada, regulada por una compleja red de citosinas, factores de crecimiento y moléculas de adhesión molecular. 3
Los marcadores patológicos en la inflamación de las vías respiratorias son los mastocitos y los eosinofilos, considerados las principales células efectoras en el asma, ya que generan gran variedad de mediadores que conducen a la inflamación tisular, además de los linfocitos, macrófagos y células epiteliales, a través de interacciones célula-célula.3 En el centro de esta reacción inadecuada están las células TCD4+ y en especial la célula efectora TH2. La inflamación se atribuye a una sensibilidad anormal que desencadena una respuesta con incremento de las citosinas tipo TH2 y disminución de TH1. En algunos casos (infección tipo viral) pueden asistir a TH2 en la reacción inflamatoria.4
En la hiperreactividad bronquial el sistema inmune muestra una actividad tisular aumentada de linfocitos TCD4+ productores de citosinas TH2, dando por resultado la producción de citoquinas que promueven y aumentan la cascada inflamatoria.4
Las citosinas TH2 promueven la maduración y activación de eosinófilos que conducen al daño epitelial y la hiperreactividad bronquial, con producción de moco y contracción del musculo liso. El numero de células que expresan citosinas TH2 se incrementa como respuesta a la inflamación alérgica, en algunos caos las TCD4+ en pacientes atópicos producen IL-4 y IL-5 en respuesta a antígenos que inducen respuesta de TH1.4
La histología del tejido pulmonar muestra que el asma se caracteriza por una inflamación crónica, con engrosamiento de la membrana basal epitelial bronquial, descamación epitelial, vascularización aumentada, hipertrofia e hiperplasia del musculo liso e hipertrofia de la glándula mucosa. Las células del musculo liso en bronquial en pacientes asmáticos proliferan de una forma mas acelerada que en los sujetos sanos, lo que da como resultado un aumento de la masa muscular lisa con el estrechamiento de las vías respiratorias y la perdida de la función respiratoria. La remodelación bronquial es una consecuencia de la inflamación crónica y tiene un papel importante en la patogénesis y la progresión clínica del asma.5
La especificidad antigénica del IgE al iniciar la respuesta inflamatoria asmática, propicia que los mastocitos liberen diversos mediadores (histamina, leucotrienos, proteasas y prostaglandinas) y amplifiquen la respuesta del daño tisular local atrayendo a otras células inflamatorias. Esta inflamación provoca alteraciones respiratorias que producen la desregulación fisiológica observada a nivel clínico.
Los receptores b-adrenérgicos consisten en encimas de la membrana celular: adeniliciclasa. En su forma activada, la adenilicilasa cataliza la formación de nucleótidos cíclicos por la acción del ATP del citoplasma de la célula para formar AMPc, el cual en presencia de calcio y magnesio modula la actividad de las enzimas celulares, así como de las barreras de permeabilidad. El AMPc es convertido a su forma inactiva por la fosfodiesterasa; la noradrenalina y adrenalina actúan al segundo mensajero (AMPc), el cual induce la relajación del musculo liso inhibe la liberación de sustancias por parte del mastocito.4
Considerando lo anterior, es importante tener en cuenta diferentes objetivos para poder otorgar un adecuado tratamiento:6
Los broncodilatadores son los medicamentos mas utilizados para vencer los síntomas agudos, sea cual sea la edad del paciente. Constituyen el tratamiento de primera línea en las crisis asmáticas y son los fármacos de elección en el broncoespasmo inducido por el ejercicio. Actualmente, el salbutamol es uno de los mas utilizados por su acción B2 más selectiva. Otro aspecto importante en el tratamiento es modificar la secreción traqueobronquial y esto sea sugerido de dos formas: 7
Se conocen muchos estudios sobre la utilización combinada de ambroxol y salbutamol para tratar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y la bronquitis capilar; de igual forma, dicha combinación tiene efectos significativos para aliviar el asma y como expectorante.8
El ambroxol es un buen fármaco mucolítico que actúa de favorable para disminuir la secreción bronquial, favorecer el movimiento mucocilar y disminuir la hiperactividad bronquial, por lo que cumple con los requerimientos farmacoterapéuticos de la fisiopatología de la mucosa aérea en diferentes entidades pulmonares.